La región con menor brecha es La Araucanía, con un 5, 9%. Expertos apuntan a incrementar la formalidad laboral para ir cerrando esta cifra.

Las mayores diferencias se dan en las zonas mineras, mientras que la región con la distancia más corta es La Araucanía con un 5, 9%. Expertos apuntan a incrementar la formalidad laboral para ir cerrando esta cifra.

Durante el 2022 la brecha de ingresos entre hombres y mujeres llegó a un 14%. Según información de la Superintendencia de Pensiones, los cotizantes del sistema previsional varones obtuvieron un ingreso promedio de $1,1 millones, mientras que las mujeres alcanzaron una cifra de $956 mil, generando una diferencia por ingresos de 14% a nivel nacional. Así, al analizar los datos por zona geográfica, Antofagasta es la región del país que tiene la brecha más alta, con un 28%; le sigue Atacama con 27%, ambas áreas mineras.

Mientras que la zona del país con la distancia más corta es La Araucanía con un 5,9%. En la RM la diferencia alcanzó un 19%. Usando estos datos del regulador, la Asociación de AFP identificó que a diciembre de 2022, la Región de Antofagasta, con una fuerte actividad minera, es la que tiene un mayor ingreso imponible promedio, con $1.304.021, mientras que la región de menor salario medio imponible es la del Maule, de actividad agrícola, con $ 832.902. La Metropolitana, que concentra al 40% de la población del país, tiene una renta imponible promedio de $1.194.952, siendo tercera en el ranking, después de Atacama en segundo lugar con una renta de $1.172.381. La media nacional es de $1.046.945.

“Respecto a la trayectoria de los sueldos respecto del año 2021, la Región de Coquimbo registra el mayor aumento con un 15%. La Región de O’Higgins tiene el menor crecimiento en este período, con una variación de solo 9,2%. La Región Metropolitana aumentó solo en 12,5 %, cifra inferior al aumento que registró el total país con 12,9 %”, explica el gerente de estudios del gremio, Roberto Fuentes.

Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, señala que un factor clave detrás de las diferencias en términos salariales por la realización de un mismo trabajo entre hombre y mujer es que las leyes laborales incorporan la realidad social como un dato, esto es, la lógica cultural de ausencia de corresponsabilidad en el cuidado de los hijos, donde la madre es la principal responsable de esta labor y el padre solo “colabora” en esta tarea, ya que su función primordial es proveer ingresos.

“Este paradigma ha llevado a que las leyes otorguen a la madre derechos laborales, especialmente permisos y fueros, que no obtiene el padre, lo que eleva el costo de contratar mujeres y se traduce en brechas laborales de género, incluidas las brechas salariales”, explica Bravo. El economista agrega que las diferencias salariales de género por región se explican por diferentes razones. “Una de ellas tiene que ver con las diferencias en cuanto a la composición de las actividades productivas. Una de las ramas en donde hay menores brechas salariales de género es en la rama de Administración pública.

Las regiones IX, XI y XIV exhiben una elevada prevalencia de cotizantes en esta rama de actividad, muy superior al promedio del país, lo que ayuda a explicar las menores brechas salariales de género en estas regiones”, explica Bravo. ¿Cómo ir acortando esta brecha? Francisca Júnemann, Presidenta ejecutiva Chile Mujeres, plantea que se debe promover la formalidad laboral femenina como factor de disminución de la brecha de remuneraciones entre mujeres y hombres, porque en los trabajos informales esta supera el 30%. Plantea también que se debe reformar de forma urgente el artículo 203 del Código del Trabajo que impone a las empresas con 20 o más mujeres contratadas el deber de tener o pagar sala cuna, porque trae como otro efecto negativo más, una mayor brecha de ingresos para las mujeres de mediana y baja calificación que trabajan a jornada parcial. Por último, la abogada señala que para disminuir las brechas de ingresos es necesario aumentar la participación de mujeres en rubros tradicionalmente masculinos con buenas remuneraciones, como la minería.

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