Columna de Fernando Larraín, gerente general Asociación de AFP

Para poder mejorar las pensiones, las inversiones cumplen un rol fundamental. La manera en la cual las administradoras de fondos de pensiones inviertan los recursos de los afiliados es importante. 1% de diferencia en rentabilidad se traduce, en el largo plazo, en un 25% de diferencia en pensión.

Las rentabilidades históricas de los fondos de los trabajadores han permitido que, del total acumulado, un 30% sea el aporte de los trabajadores, mientras que un 70% se explica por la rentabilidad de las inversiones realizadas por las administradoras de fondos de pensiones. En el marco de un año que, entre otras cosas, debiera estar centrado en hacer cambios al sistema previsional, las inversiones no deberían quedar fuera del debate.

No solo los límites y regulaciones que hay para invertir los fondos de los trabajadores, sino también el tipo de instituciones y los mecanismos. Porque si vamos a hacer cambios no podemos permitirnos que por temas puramente políticos terminemos con inversiones que entregan menores niveles de rentabilidad, que en definitiva significan menores pensiones.